Espíritu Santo



No olvidemos al Espíritu Santo

“Quedaron todos llenos del Espíritu Santo”, es la conclusión del relato de Pentecostés. Ilusionémonos con que eso también nos ocurra, pues no fue otro el deseo de Jesús cuando subía al Padre. Notemos su acción en los frutos que produce su presencia.



Déjate aconsejar por el Espíritu

Dios envía su Espíritu con los siete dones. Uno de ellos nos conduce a acertar en las decisiones. El don de consejo nos ilumina, y hemos de movernos por él más que por las voces del mundo, del demonio o de la carne. Dos armas del demonio, que resaltaba Jesús a santa Faustina: el orgullo y el miedo.



Necesitamos todos al Espíritu Santo 

¿Qué necesita el Papa para escribir una Encíclica? ¿Qué, sin Sínodo de Obispos? ¿Qué necesito yo para rezar debidamente o para participar en Misa o para confesar mi fe? Al Espíritu Santo. Es imprescindible para todo lo sobrenatural. Valorarlo, agradecer su acción, amarlo, hablarle como Persona que es. Entregarnos a su acción, yendo muchas veces contra las inclinaciones del propio yo. Entonces nos conduce suavemente, armonizando nuestro interior