Adviento



Pureza, Adviento, María. 

Para preparar el advenimiento del Mesías, Dios dispuso un vientre inmaculado. A Ella le pedimos la virtud de la Santa Pureza. Es Santa porque es fruto del amor divino. Jesús dice: “El que no me ama, no observará mi doctrina”. Solo podremos alcanzar esta virtud si el corazón está encendido en el amor a Dios.



Lección de humildad

Desde el pesebre de Belén, Dios nos invita a la humildad. Primero, porque esa es nuestra verdad: el no ser ante el Ser. Después, por la íntima relación entre humildad y oración: no se puede mantener una continua conversación con Otro si el propio yo protagoniza la película interior. El humilde encuentra descanso para su alma.



Ansiar al Redentor

Primer domingo de Adviento; nueva época, liturgia llena de expresiones anhelantes de la llegada del Salvador. Purificación de otros deseos, para tener el único que salva. María, la protagonista del Adviento, nos acompañará a lo largo de estas semanas si transitamos por la via Mariae.