Valorarla



La Misa es trabajo

Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón.
Nos es necesario educar nuestros deseos, para desear lo consistente de la eternidad
y no lo efímero de lo temporal.
Deseemos la Misa, viéndola como el tesoro de la Humanidad,
prescindiendo de las coordenadas espacio-temporales para irnos al Calvario.
Cuesta trabajo, comenzando por el recogimiento. Pero ahí está la eficacia.



El prodigio de la Misa

Nada más grande sobre la tierra que este milagro tantas veces repetido.
Tomar conciencia de la fuerza de la palabra divina cuando dice:
“Hagan esto en memoria mía”.
Oración por la santidad de los sacerdotes, indignos de tan gran responsabilidad.