La Misa es trabajo
Donde está tu tesoro, ahí está tu corazón.
Nos es necesario educar nuestros deseos, para desear lo consistente de la eternidad
y no lo efímero de lo temporal.
Deseemos la Misa, viéndola como el tesoro de la Humanidad,
prescindiendo de las coordenadas espacio-temporales para irnos al Calvario.
Cuesta trabajo, comenzando por el recogimiento. Pero ahí está la eficacia.