Amor a Jesús



Dejarlo todo para seguir a Jesús

Señor, nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido. ¿Qué será de nosotros? Pregunta de Pedro, a la que Jesús responde: tendrán el ciento por uno y la vida eterna (cf. Mateo 19, 25-30). Hay que dejarlo todo para seguir a Jesús. Lo que se ama crea un vínculo, y por eso debemos amar lo que sea más elevado. Si no, nos esclavizamos a las cosas inferiores. La centralidad en Jesucristo nos libera de las ataduras materiales.



Devoción al Crucificado

Dejarnos interpelar por el Crucificado. ¿Qué semejanza existe entre un Dios crucificado y yo? Asumir libremente el camino de la Cruz voluntaria y recibir con alegría la inesperada es el modo de ser felices en la tierra y en la eternidad.



Enamorarse es la clave

Los misterios de luz del Santo Rosario nos iluminan. El cuarto, la Transfiguración, es el “icono de la contemplación cristiana”, en frase de san Juan Pablo II. Subir a un monte alto, ascender sobre la horizontalidad, dejar abajo lo terreno y fijar los ojos en el Rostro de Cristo, para descubrir su misterio. Ese acto de fe lleva al amor al Señor, única razón de nuestra vida: se trata de vivir enamorados.