Amor a Jesús



Estar con Jesús

Jesús subió al monte y llamó a los que quiso, para que estuvieran con Él. Eso ha hecho también con nosotros, y supone todo un reto el saber estar con Él. Porque la invitación es a un estar profundo, de coincidencia de corazones. Meditar las letanías del Sagrado Corazón, siguiendo el ejemplo de san Juan Pablo II.



Vengan a Mí

Vengan a Mí, todos los que están cansados y fatigados… Jesús no es sólo nuestro Salvador o nuestro Médico, es también nuestro descanso. Pero hemos de atenernos a las reglas del amor: tomen mi yugo sobre ustedes. Estamos, pues, bajo su yugo, como los cón-yuges, pero es un yugo suave. Lo lograremos con la oración continua, con el status orationis.



Amar al Resucitado

La resurrección de Cristo es un misterio que llena de contenido nuestra fe. No solo porque nos confirma en la verdad de su divinidad, sino porque llena –o debe llenar- nuestro espacio vital. Porque vive, habla, oye, ama, acompaña. Y nos pide nuestro ser, con amor no solo de agapé sino también de eros.