Con todo el corazón
En la ribera del lago, Jesús resucitado pide a Pedro que le asegure su amor. Sólo así podrá confiarle su rebaño. Lo único que nos pide Jesús, también a nosotros, es que lo amemos, y de modo total. El riesgo es pretender un amor compartido con ataduras y compensaciones. Entonces nos mundanizamos y se insinúa el riesgo de una vida triste.