Quién es



Perfectus Deus

Es fácil ser arriano, es decir, negar en la teoría o en la práctica la divinidad de Jesucristo. Porque, de afirmarla, nuestra existencia entera se vería comprometida hasta el fondo. Por Él y para Él fueron creadas todas las cosas, de modo que Jesús debe constituirse en el fin de nuestras intenciones, el amor de nuestro corazón, el asunto de nuestras palabras y la razón de nuestra vida.



Siembra y mantén la esperanza

En el capítulo 9, san Mateo nos refiere muchos milagros de Jesús. Él, dice, curaba “toda dolencia y toda enfermedad”. Es el Médico divino, que puede curar los males más profundos, los de nuestro propio corazón. Si lo cura, “todo estará iluminado”. Cambiando nuestro corazón, cambiamos nuestro entorno: seremos positivos y daremos a cada persona y a cada situación su valor de eternidad.



Jesús es luz

De sí mismo afirmó Jesús ser luz. Lo había profetizado Isaías, y lo aseguró Zacarías y también el anciano Simeón. San Juan Pablo incluyó los misterios de luz, entre ellos el de la Transfiguración. Pero todos los hechos, los dichos y la Persona misma de Jesús me liberan de las tinieblas y de las sombras de la muerte. ¿Ilumina Él mi vida en toda circunstancia?