Alegría



Con alegre sonrisa

Al tejido del cristianismo lo recorre, como un hilo de oro, la alegría. Desde el mensaje de los ángeles a los pastores hasta el gozo de los apóstoles al ver al Señor resucitado. La iucunditas es la virtud que enseña a recibir con una alegre sonrisa, en la medida y de la manera adecuada, todos los acontecimientos. Y la tristeza es del pecado, porque aparece el sinsentido y el egoísmo.



Alegría y amor

“En todo lo que hagas, ten siempre presente el fin”. Palabras del sabio Diógenes, que deberíamos atender como norma de vida. De hacerlo, no tendríamos sino una continua dicha, pues el fin es el Cielo. Y aun mayor al considerar que el Cielo está adelantado, pues ya estamos aquí con Jesús Resucitado, causa de todas nuestras alegrías.



Alegría vs tristeza

A Dios le agrada encontrar, como en María, un corazón que alaba y agradece. Nuestra alegría es consecuencia de sabernos amados por un Dios que nos ama desde la eternidad. Por encima de las contrariedades, está el Amor de Dios. El ansia de Dios es comunicarnos su Amor, pues esa es su esencia. La tristeza produce muchos males, tanto en el que la padece como a quienes están a su alrededor.