Alegría: efecto del amor
No perderemos la alegría si tenemos siempre presente el fin que nos aguarda, la mansión que Jesús nos prepara en el Cielo. Santo Tomás dice que la alegría no es una virtud distinta del amor, sino cierto acto y efecto suyo. Si amamos a Jesús estamos alegres, por eso la receta para recobrar la alegría, cuando la hayamos perdido, es orar.
Te visita la alegría
El pasaje de la visitación de María a Isabel está lleno de enseñanzas, y todas entrañables. Nos habla de un corazón inundado de gozo que siembra a su paso la alegría de tener consigo a Jesús. Es nuestra vida, porque también nosotros lo llevamos dentro, y hemos de comunicar esa felicidad.