14 de marzo
La santidad es transformarse en Cristo
No consiste la santidad en coleccionar virtudes, ni siquiera en una imitación de Jesús. Es mucho más: una verdadera y propia transformación en Él, viviendo de la vida suya, vida que Él mismo nos comunica. Profundicemos en la grandeza del proyecto de Dios, ilusionándonos con la transformación ontológica y psicológica en el Señor, centrándonos en la Eucaristía.