Marzo



29 de marzo

La alegría es constitutiva del cristianismo

Jesús nos deja como herencia su propia alegría. “Parte integrante de tu camino”, decía san Josemaría. No es, por tanto, separable del cristianismo. El octavo pecado capital es la tristeza: de ella proceden muchos males: el desaliento, el cansancio espiritual, la falta de vibración apostólica. La alegría no es distinta de la caridad, sino un acto o efecto de ella. La alegría proviene del estar enamorado, por encima de las contrariedades o de las propias miserias.



30 de marzo

Cuando yo sea levantado…

Jn 12, 4: “Y yo, cuando sea levantado sobre la tierra, atraeré todas las cosas hacia Mí”. Frase de gran profundidad. Que nos ilumine, ahora que nos acercamos a ese “ser levantado”. Los antiguos sabían que per áspera ad astra, pero la Cruz es algo mucho más radical: con la Cruz de Cristo todo cambia. Ahí se realiza toda la salvación, todo bien. Y podemos cambiar los términos y decir: “Y Yo, cuando sea levantado en tu tierra todo se orientará a Cristo”.



31 de marzo

Meditar la Pasión nos ubica

Jesús, al entrar en Jerusalén el Domingo de Ramos, nos revela que su alma está turbada. Después, en Getsemaní, lo veremos angustiado. ¿Sabemos acompañarlo? Estamos siempre teniendo crucifijos ante nuestros ojos, y corremos el peligro que no nos diga nada. ¿Soy devoto de la Pasión de Cristo? Porque es una devoción recia, que me ayudará a que no me problematice.