Oración en general



Orar: cuestión de amor. 

Valorar los salmos: con ellos, Dios nos enseña a orar. El salmo 62 dice Señor, todo mi ser te añora, como el suelo reseco añora el agua. Corregir nuestros deseos, para que deseemos más y más al Señor. Porque la vida de oración es cuestión de amor, y solo en el amor encontramos la felicidad.



Cauces de oración

Cristo es el Gran Orante, y nos descubre que el hombre, más que homo faber u homo oeconomicus, es homo orans. ¿Cuál es la historia de nuestra comunicación con Dios? Revisemos dos posibles cauces: la oración como trato de amistad (santa Teresa) y la oración como diálogo de enamorados (beato Álvaro del Portillo).



A la caza de Dios

Hemos venido al mundo a disponernos a que Dios “nos cace”. Que el Espíritu Santo nos ayude a no perder de vista lo único importante: tener a Dios. Buscarlo y encontrarlo en nuestro interior. Dios está en el centro de nuestra alma en gracia, y por eso todos tenemos un “hilo directo” con Dios. Busquemos la comunicación continua con Aquel que nos espera.