Oración en general



Orar define al hombre

Jesús estaba siempre inmerso en la oración. Y nos revela así como hemos de ser: el hombre es homo orans, un ser orante. Porque está llamado al amor, a imagen y semejanza de la Trinidad. Se trata de lograr la relación viviente y personal con el Hijo de Dios vivo y verdadero. No estamos hablando con un muerto o con una fotografía. Nuestra fe se fundamenta en Jesús vivo.



Oración y consejos de fray Luis de Granada 

El elogio de Jesús a María de Betania recalca la importancia de ser almas de oración: estar a sus pies, orando y amando. En la larga tradición de enseñanza oracional, fray Luis de Granada da valiosos consejos: subir el alma, oír una nueva gracia, cátedra espiritual, pues así el alma “contemplando ama, y amando gusta, y gustando reposa, y este reposo es toda aquella gloria que en el mundo no se puede alcanzar”.



Sumérgete en la oración

“La Persona del Señor estaba sumergida en oración” (Guardini). Jesús nos revela, con su ejemplo y con sus palabras, que el hombre es un ser orante. La vida interior no es un conjunto de islas inconexas, sino un permanente éxtasis, es decir, un salir del yo para encontrar –de cualquier forma, con cualquier modo de comunicar- a Aquel que aguarda el encuentro.