El Espíritu Santo te santifica

La obra de la Redención de Cristo no se cierra con la Resurrección: tiene su plenitud en la venida del Espíritu Santo. Dejarnos llevar por el soplo que nos lleva siempre hacia lo alto. Revisar si están presentes en nosotros los frutos del Espíritu.



El recogimiento es garantía de paz interior

Permanecemos unidos en la oración con María la Madre de Jesús a la espera del Espíritu Santo. Tu cenáculo es tu propio corazón: busca dentro de ti, es en el interior del hombre donde habita la verdad. Dios habla en el recogimiento.



Viento del Espíritu Santo que sopla cuando quiere

En su diálogo con Nicodemo, Jesús habla del Espíritu como del viento que no se sabe de dónde viene ni a dónde va. Aunque ignoremos sus modos, Él actúa sin cesar dentro del alma que se abre a su acción. La docilidad es el secreto de la santidad.