Septiembre



11 de septiembre

Parábola de la vid y los sarmientos

Con la parábola de la vid y los sarmientos, Jesús nos explica quién es Él para nosotros y quiénes somos nosotros para Él. La savia que recorre vid y sarmientos es el Espíritu Santo, el Padre es el Viñador. Vid y sarmientos comparten la misma vida: nuestra unión con Cristo supera toda unidad imaginable. La gloria del Padre es que, en nuestra unión con Cristo, demos mucho fruto.



12 de septiembre

El Santísimo nombre de María

Es un motivo de alegría conocer su nombre. Así podemos dirigirnos a ella en su singularidad. Dios lo dispuso, y ese nombre tiene una energía especial y un indicio de fuerza divina. En María adquieren realidad todos los ideales, y de manera muy especial el de estar toda impregnada del amor, ese mismo amor al que todos estamos llamados.



13 de septiembre

Yo soy el Pan de vida

En el capítulo sexto de san Juan, Jesús prepara poco a poco a sus oyentes, antes de revelarles el gran misterio de la Eucaristía. No es el maná el pan del cielo que el Padre les da, sino es Él mismo. San Juan de la Cruz escribió “Aquesta eterna fonte está escondida / en este vivo Pan por darnos vida / aunque es de noche”. Sí, una fuente eterna que hay que buscar en la oscuridad de la fe.