Adorar la Sagrada Eucaristía



Vela de adoración

Jesús Sacramentado se merece nuestra adoración, porque es verdadero Dios. Por eso le damos no solo nuestros excedentes, sino también lo necesario. Y como el sueño nos es necesario, le damos también nuestro sueño. Estará muy contento con los adoradores nocturnos, y se sentirá consolado. Aprovechar que, en las Custodias, se ve a Jesús. Hemos pecado mucho con la vista. Ahí la purificamos.



Adoro te devote

San Josemaría quiso que cada jueves meditáramos el Adoro te devote. ¿Qué será tan importante y profundo este himno para meditarlo miles de veces, sin agotarlo? No, no es por el himno –aunque sea un tesoro de piedad y doctrina– sino por lo inaudito de un Dios vivo, oculto en las apariencias de Pan. Rindámonos a esa Presencia, honrándola con nuestra fe encendida, nuestro cariño profundo y nuestra compañía constante.



La lógica de la Eucaristía

Los jueves, día dedicado a la Eucaristía, adoramos a ese Dios al que le gusta esconderse. Lo hace para dejarnos en la libertad del amor, al tiempo que nos conquista con su entrega completa. Por eso, la lógica de la Eucaristía es someter a Ella nuestro corazón, rindiéndole todas nuestras potencias. Es el lenguaje que expresa, y en el que desea verse correspondido.