Adorar la Sagrada Eucaristía



Visitarlo en su Presencia Real

Jesús, a quien ahora veo escondido, te pido que se cumpla lo que tanto ansío. Que al mirar tu Rostro ya sin velos, sea yo feliz viendo tu gloria. La Eucaristía es un misterio de esperanza, prenda de lo que será el Cielo. San Alfonso recomendaba las visitas al Santísimo como la devoción que más bienes nos reportará en esta vida y más nos consolará en la muerte y en la eternidad. Abunda el santo en razones que apoyan su afirmación.



Ábrete al Amor eucarístico

Si la Eucaristía es el termómetro de nuestra fe y de nuestro amor, preguntémonos cuál es el nivel de nuestra eucaristización. El Señor hablaba de los lugares vacíos en los banquetes, pero también del que está en el banquete –tiene fe- pero no lleva el vestido adecuado, el del amor. Y entonces es “echado fuera”, ya que no participa de los beneficios de ella.



Omnipotencia y amor infinito en la Eucaristía

El inaudito prodigio de un Dios escondido en el Pan es resultado de un poder sin ninguna restricción y de un amor infinito. Entonces creemos en esa Presencia con una certeza mayor a cualquier otra. Es una presencia sustancial, que no depende de que lo creamos o no. Recobremos el asombro eucarístico y tengamos como centro de gravedad la Eucaristía en nuestra vida.