Adorar la Sagrada Eucaristía



Lo más grande

“Considera lo más hermoso y grande que de la tierra… lo que place al entendimiento y a las otras potencias…” nada, es menos que nada, comparado con la locura de amor de la Sagrada Eucaristía. Hacer de la vida una realidad eucarística repercutirá en la eficacia de santidad y de apostolado, personal y corporativa.



Eucaristía: corresponde y agradece.

La maravilla de este regalo de Dios se redimensiona al considerar que ahí está presente ¡una Persona! San Juan Pablo II habla de dos verbos que debemos poner en práctica cuando tratamos de la Eucaristía: corresponder y agradecer. Amor con amor se paga y nada hay que agradecer por encima de este Don que los incluye todos.



El Sagrario es Betania

“A nuestro Sagrario lo llamo siempre Betania”, decía san Josemaría. El lugar tranquilo y apacible donde está Cristo. Donde se siente amado y despliega su amor a quien lo visita. Y permanece todo cuanto puede a su lado. Pensemos si nos encontramos a gusto cerca de los sagrarios, sabiendo que ahí mantiene Jesús la actitud de todo enamorado: espera.