Adorar la Sagrada Eucaristía



Dios oculto y escondido

La primera estrofa del Adoro te devote nos habla de un Dios oculto y escondido. Es su modo habitual de proceder. Y eso supone silencio, inmovilidad, actitud de espera, indefensión, dejarse comer. En definitiva, la revelación de una infinita humildad. Es la Eucaristía la donación de Jesús mismo que revela el inconmensurable Amor por cada hombre.



Eucaristía: Quién con quién

Adoramos al Dios verdadero presente en la Eucaristía. Ahí está Dios. Frente al yo de cada uno de nosotros. La vida es un encuentro. La visión sobrenatural no es una realidad abstracta, sino que es un Tú. Y ese Tú está circunscrito en la Hostia. Desde que Él está ahí, nadie, y muy especialmente los sacerdotes, podemos sentirnos solos.



Visita al Dios oculto

No es el monumento histórico, ni el personaje famoso, ni el museo espectacular, ni el convivio más divertido… lo que realmente importa es acompañar al Huésped del Sagrario. La fe católica reaccionó a le herejía de la Presencia Real tan solo in usu, fomentando la costumbre de visitar al Santísimo. Sencilla pero eficaz práctica.