Adorar al Dios escondido
La primera obligación de la criatura es adorar a su Creador. Como cada jueves, adoramos la Eucaristía, donde está Dios, sirviéndonos del himno Adoro te devote. Y de la piedad de los santos, como las consideraciones hechas por el cardenal Juan Bona en el siglo XVII, que son un encendido acto de fe y de amor.
Chaburah de Jesús
Jesús instituye la Eucaristía habiendo congregado en torno a Sí una familia, sus apóstoles. Por eso toda familia encuentra su centro y su fuerza en la Eucaristía. El fuego del Corazón de Jesús es el verdadero hogar. Y entonces la familia encuentra su identidad: la de hogar luminoso y alegre.