Presencia Real



Un corazón solitario que palpita en el Sagrario

“Realmente es grande el misterio del amor de Dios, que nos ha manifestado en Cristo, hecho hombre, santificado por el Espíritu, contemplado por los ángeles…” (I Tim 3, 15). Sí, es realmente grande el misterio del amor de Dios, revelado en el Emmanuel, presente en la Eucaristía. Canción: “Hay un corazón que mana / que palpita en el Sagrario / un corazón solitario / que se alimenta de amor”.



En memoria suya

Aquel que está presente en la Eucaristía suplicó que no lo olvidáramos. Es el ansia del amor que anhela la presencia y la unión. Valorar la Eucaristía presente y la pretérita: tener en cuenta nuestra personal historia eucarística, pues cada una de las Hostias se va a la eternidad.



Cree y confiesa la Eucaristía

La invitación es a salir de nosotros mismos para centrarnos en lo verdaderamente importante: Jesús presente en la Eucaristía. Dios permite que también lo negativo dé testimonio de su real presencia, por ejemplo, en la actitud de los poseídos por el demonio ante ella. Que nos remueva la rutina o el desafecto la seguridad de que ahí hay Alguien.