Amar la Humanidad del Señor
San Juan, al inicio de su primera carta, invita a hacer la experiencia de entrar en comunión con ellos para ver, oír y palpar a Cristo. No es una ilusión, sino el más íntimo deseo del mismo Jesús: Él “mendiga un poco de amor mostrándonos sus manos llagadas” (S. Josemaría). Para amarlo necesitamos conocerlo y tratarlo. Quizá una palabra clave sea “empatía”, es decir, la comunión de pensamientos y de afectos con el Redentor.