Inmaculada



8 de diciembre

Encantados con María

En la Solemnidad de la Inmaculada alabamos al Padre celestial por su Obra Maestra. Y caemos en cuenta que ahí donde está Ella, debemos estar nosotros; que así como es Ella, debemos ser nosotros. La invitación es a una gran santidad, pues Dios nos destinó a ella. Consagrarnos a María, para que eso suceda.



Gratia plena!

Gratia plena! Nunca se habían oído estas palabras, y menos dichas por un ángel. El prodigio de un alma toda hermosa, toda santa –Panhagia- es un gran motivo de esperanza. Revela el plan de Dios, que de ahí somos y para allá vamos. En medio de todos los problemas, pecados, miserias del mundo, encontramos a María, totalmente penetrada de luz divina.



Dios nos habla en María

De muchas maneras se comunica Dios con los hombres, y nos honra al considerarnos sus interlocutores. Los modos de locución de Dios –la creación, las mociones interiores, su palabra en la Escritura, etc.– se resumen en el ejemplo que Él ha querido darnos: María, la Inmaculada, la llena de amor.