8 de diciembre
La llena de gracia nos invita a imitarla
“Alégrate, llena de gracia” (Lc 1, 28). Nos unimos al saludo del ángel y nos alegramos con él y con todos los coros celestiales, con la Iglesia triunfante, purgante y militante. La Gracia es la más grande expresión del amor de Dios, nos diviniza, nos comunica la vida misma de Cristo. Pensemos que minuto a minuto puedo crecer en gracia, especialmente a través de la fructuosa recepción de los sacramentos, a la oración unitiva y a las buenas obras, como la caridad y la penitencia.