Recogimiento



En el recogimiento interior encuentras tu sentido

“La vida humana es, ante todo, búsqueda de sentido” (J. Ratzinger). Aunque tengamos claro cuál es el nuestro, no es infrecuente que se nos difumine el rumbo. Intentemos, como los Magos, ser siempre peregrinos. Lo opuesto es el errante, que vive girando en torno a sí mismo, sin progresar en la dirección a la meta: el amor de Jesús, la transformación en Él.



Ora en tu templo

Jesús expulsa a los mercaderes del Templo de Jerusalén. Él quisiera ver ahí a hombres y mujeres glorificando a su Padre. Que también expulse del Templo de nuestra alma a los malos inquilinos, que le roban gloria a Dios. Ora siempre en tu Templo interior.



Desierto: punto de encuentro con Dios.

¿Dónde tuvo el pueblo elegido los más profundos encuentros con Dios? En el desierto. ¿Y dónde busca Jesús la más continuada comunicación con su Padre? En el desierto. Hagamos también nosotros esos encuentros en nuestro corazón, tomándonos en serio la enseñanza de Jesús que dice que Él y su Padre habitarán en nosotros. Es una tarea ardua pues estamos acostumbrados a vivir desparramados. “Forzarnos a estar con Él”, dice Teresa.