Recogimiento



Oración de quietud

Vengan conmigo a un lugar solitario para que descansen un poco (Mc 6, 31). La esencia de Dios es el amor, lo que equivale a decir que la esencia de Dios es la unión. El “lugar solitario” es el propio corazón, y allí, con Jesús, podremos descansar en la oración de quietud, donde “las palabras resultan pobres, y se deja paso a la intimidad divina, en un mirar a Dios sin descanso y sin cansancio” (S. Josemaría).



Dios escondido en ti

Dios vive en lo escondido del corazón. La clave de la santidad es el encuentro con Él, ahí, donde vive escondido. ¿Cómo hallarlo? En el recogimiento de los sentidos y potencias, bajando hasta lo más profundo, para realizar ahí el encuentro y la unión.



Entra en tu aposento

Mt 6, 6: Cuando vayas a orar, entra en tu aposento, y después de cerrar la puerta, ora a tu Padre, que está ahí, en lo secreto”. El aposento es el lugar privado, la habitación. Cerrar la puerta vendrá a significar evitar las distracciones internas y externas. Dios está escondido, y lo encontrarás si te escondes. Nuestras horas realmente valiosas son las transcurridas en esa intimidad.