Recogimiento



Entra y cierra la puerta

“Cuando ores, entra en tu aposento y cierra la puerta”. Requisito imprescindible para el encuentro con Dios, el recogimiento. Se trata de aunar la inteligencia y la voluntad en el solo punto: Jesús. “El principio de todos los males es la distracción y el derramamiento del corazón” (Osuna). La meta: albergar un solo pensamiento.



Recógete hasta la séptima morada

Jesús no solo nos da ejemplo como el Gran Orante, sino que también nos da lecciones de cómo orar. Cuando vayas a orar, entra en tu aposento y cierra la puerta… (Mateo 6, 6). Santa Teresa compara nuestra alma con un castillo de muchas moradas, en cuyo centro está Dios. Transitar de una morada a otra va suponiendo el avance interior, hasta llegar a la plenitud de la unión transformante.



El ruido y la superficialidad son enemigos de la oración

Jesús invitaba a sus discípulos a retirarse con Él a un lugar apartado. ¿Cuál? Nuestro propio corazón. Para que se establezca el contacto y el diálogo, necesitamos ser amigos del silencio, ejercitarnos en el “no hacer nada”, aunque en realidad estaremos haciendo lo más importante: llegar a lo profundo, donde está Dios. Examinarnos si tenemos manifestaciones de superficialidad.