Haz de tu vida continua oración
La persona del Señor está convertida en oración. Es el homo orans que revela el hombre al propio hombre, y le descubre la grandeza de su vocación: ser interlocutor de Dios. La oración es una actitud interior, una situación del alma que acoge la continua presencia de un Dios que quiere entrar en diálogo con él.