Theosis o divinización
En la segunda lectura de la Misa de san Josemaría encontramos el capítulo 8 de los Romanos: “Los que son movidos por el Espíritu, esos son hijos de Dios” (v. 14). Él fundamentaba su espiritualidad en esta verdad esencial: Dios nos creó para divinizarnos, para hacernos dioses. Es un proceso que precisa el desarrollo de la gracia santificante, la vida de oración y la renuncia al yo.