Ser piadosos
El Evangelio del martes de la semana IV del tiempo ordinario presenta el episodio de la mujer hemorroísa. Ese pasaje recuerda la infinita eficacia curativa de Jesús. Acerquémonos a Él en el Sagrario, en su presencia de inhabitación dentro del alma, en la oración de encuentro. La piedad lleva al amor; y el amor, a la felicidad.
Las normas de piedad
Jesús dice de Sí que es más que Jonás y más que Salomón. Y podríamos añadir: más que cualquiera, y más que la suma de todos. Es el único Salvador. Pero… ¿cómo lograr que, de hecho, me salve? Por el cumplimiento fiel y amoroso de las prácticas de piedad recomendadas por la Iglesia. Hacerlas con todo nuestro ser, sentidos y potencias.