Con comedia y sin comedia
Ser fortalecidos en el hombre interior, recomienda san Pablo. Ese fortalecimiento viene por el ejercicio de las virtudes teologales, practicadas en las normas de piedad. Han de ser encuentros con Jesucristo, aunque a veces la parte sensible no responda. Haremos entonces una comedia, sabiéndonos contemplados por el Espectador divino.