Vida interior



Con comedia y sin comedia

Ser fortalecidos en el hombre interior, recomienda san Pablo. Ese fortalecimiento viene por el ejercicio de las virtudes teologales, practicadas en las normas de piedad. Han de ser encuentros con Jesucristo, aunque a veces la parte sensible no responda. Haremos entonces una comedia, sabiéndonos contemplados por el Espectador divino.



 

Piedad es finura

Configurar nuestra mente y nuestro corazón con la Palabra de Dios. En ella vemos al Señor molesto con un fariseo que no tuvo detalles de atención con Él cuando lo invitó a comer. ¿Procuramos nosotros los detalles de cariño con Jesús al tratarlo en las Normas de piedad?



Purifica tu corazón encontrándote a Dios

Jesús pide, por encima de los preceptos rituales, la pureza del corazón. Pero como lo que sale de nuestro corazón suele no ser limpio, necesitamos continuas purificaciones. ¿Cómo? A través de los ejercicios de piedad que nos permiten encontrar a Dios. Pero realizándolos con cariño, dando mucha importancia, de amor o desamor, a lo pequeño (Beato Álvaro).