Vida interior



Las normas de piedad

Jesús dice de Sí que es más que Jonás y más que Salomón. Y podríamos añadir: más que cualquiera, y más que la suma de todos. Es el único Salvador. Pero… ¿cómo lograr que, de hecho, me salve? Por el cumplimiento fiel y amoroso de las prácticas de piedad recomendadas por la Iglesia. Hacerlas con todo nuestro ser, sentidos y potencias.



Vida interior en Cristo

Juan Bautista envía a dos de sus discípulos a preguntar a Cristo si Él es el esperado. No porque Juan dudara, sino porque quiere que los suyos tengan un conocimiento de primera mano. Tal como hemos de buscarlo nosotros porque en Jesús, y solo en Él, tenemos la Vida Eterna. Busquemos la unión de amor, y nos percataremos que sí, Jesús, es el Esperado.



Ser piadoso

“Mi alma tiene sed de Ti”, reza el salmo 64. Y el 41: “Como la cierva ansía las corrientes de agua, así mi alma te anhela a Ti, Dios mío”. ¿Tenemos esa sed y esa hambre? Porque si no, necesitamos quitarnos otros intereses. Para saciar nuestra sed están las normas, ejercicios de fe, esperanza y caridad.