Vida interior



Las normas de piedad

Jesús dice de Sí que es más que Jonás y más que Salomón. Y podríamos añadir: más que cualquiera, y más que la suma de todos. Es el único Salvador. Pero… ¿cómo lograr que, de hecho, me salve? Por el cumplimiento fiel y amoroso de las prácticas de piedad recomendadas por la Iglesia. Hacerlas con todo nuestro ser, sentidos y potencias.



Vida interior en Cristo

Juan Bautista envía a dos de sus discípulos a preguntar a Cristo si Él es el esperado. No porque Juan dudara, sino porque quiere que los suyos tengan un conocimiento de primera mano. Tal como hemos de buscarlo nosotros porque en Jesús, y solo en Él, tenemos la Vida Eterna. Busquemos la unión de amor, y nos percataremos que sí, Jesús, es el Esperado.



Todo surge del corazón

Jesús nos advierte, con la condena a los fariseos, del riesgo del formalismo. Él ve el corazón, es decir, el punto de convergencia de la persona toda, el verdadero yo de cada uno. Y eso es lo que busca que le demos, proceso que viene descrito en el capítulo de Camino titulado, precisamente, “Corazón”.