El santo cumple la Voluntad de Dios
En el salmo 2 escuchamos a las naciones y sus príncipes que claman: ¡Rompamos sus ataduras, sacudamos lejos de nosotros su yugo! Al rezar con ese salmo, estamos invitados a declarar nuestro sometimiento al yugo de Cristo, que nos hace verdaderamente libres. ¿Por qué? Porque nos adecuamos al proyecto creador de Dios sobre cada uno. Se despliega nuestra verdadera identidad.