Voluntad de Dios



Hacer la Voluntad de Dios

En el 2º domingo de Cuaresma meditamos el misterio de la Transfiguración del Señor. Nos sirve para recordar nuestra meta, el sentido último de la existencia. Es un momento de replantearnos la santidad, que consiste en el cumplimiento fiel de la Voluntad de Dios. Una señal para saber si vamos bien es por la ausencia de quejas: callar, rezar, trabajar, sonreír.



El Espíritu Santo nos hace discernir la Voluntad de Dios

Los hombres conocemos muy imperfectamente a Dios y las cosas de Dios. No tenemos una brújula segura, si contamos solo con nuestras fuerzas. Por eso nos ha sido enviado el Espíritu Santo, que nos resulta imprescindible para ir adelante en el camino hacia el Cielo.



San José: obedecer la voluntad de Dios sin chistar

San Josemaría quería ser recordado como “el que cumplió la voluntad de Dios”. Quizá pensaba en san José, que lo hizo fidelísimamente y con una característica: sin rechistar. Este verbo indica la acción de decir una palabra o emitir un sonido de queja o rechazo a determinada situación. Aprendamos del santo Patriarca a cumplir sin rechistar cuanto nos acontece, pues todo proviene de la Misericordia infinita.