Fe



Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso.

El Credo o Símbolo de los Apóstoles es una joya labrada a través de muchos siglos. Comencemos apreciándola desde su primera frase, evitando la rutina: ¿de veras creo que un todopoderoso en Amor es el Creador de cuanto existe y que con Él nada compite? Respondamos a ese Amor con nuestro amor, intentándolo a través de los ejercicios de piedad hechos con amor.



La lámpara de tu fe

Estén con sus lámparas encendidas… (Lc 12). Esas lámparas de la antigüedad daban una luz muy tenue, pero suficiente para ver el entorno y poder caminar. Así es la fe, una luz tenue pero que nos permite avanzar. Hemos de llevar siempre consigo nuestra lámpara, pues con fe o sin fe todo cambia. Una manera es aplicar a cada situación de la vida alguna enseñanza de la Sagrada Escritura.



Cielo y tierra en el Tabor

Tanto en el Bautismo del Señor como en su Transfiguración se producen teofanías. Esta última añade una visión extraordinaria, en la que se unen pasado, presente y futuro. Cada misterio de la vida del Señor es misterio salvífico y en este, el del Tabor, advertimos que el Cielo no está lejos de la tierra. Y nos admiramos volviendo a oír que Jesús es Dios, llenándonos con la certeza de que un día tendremos con Él una existencia eterna.