No olvides el amor
¡Qué fácil es perder el sentido último de cuanto hacemos! Cada día habríamos de tener esa idea fundamental: en este día debo crecer en el amor. El primer mandamiento de la ley de Dios es absoluto, sin subterfugios. Es el amor el que le da sentido a cada uno de mis actos: tener cuidado, por tanto, de los enemigos que causan el olvido: la inconsideración, el egoísmo…
Amando posees lo que amas
¿Cuántos preceptos contemplaban las escuelas rabínicas del tiempo de Jesús? Desde 365 hasta 613. El Señor les aclara el esencial: amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Porque amando nos hacemos al modo de lo amado (o más bien, el amado nos hace a su modo), porque el amor es fuerza unitiva. Busquemos siempre personalizar, intentando llegar al Corazón del Señor, ante todo en las normas de piedad.