Amor a Dios



Así como el Padre me ama

Palabras sorprendentes de Jesús: como el Padre me ama, así los he amado Yo. Y luego nos pide que permanezcamos en su amor. Es la única lengua que se habla en el Cielo, y la única pregunta que nos harán para entrar en él. Amor con amor se paga. Reclama correspondencia. Y reclama también continuo crecimiento; de ahí el peligro de la rutina. Amar con el Corazón de María.



Que Dios sea amado

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos será saciados. Bienaventuranza que solo se colmará en la eternidad, porque esa hambre y esa sed debe ser siempre creciente en la tierra. ¿Y cuál es la primera justicia? La de que Dios sea amado. ¿Nos duele que no lo sea? ¿Y la segunda justicia? Nuestra hambre y sed de santidad.



Dios ama pues es Amor

San Juan recoge en su Evangelio una de las más maravillosas revelaciones: la del Amor infinito con que Jesús nos ama. Aun sabiendo que nunca abarcaremos del todo la comprensión de tal verdad, creerlo nos llenará de paz. Y nos llevará a la correspondencia, tal como pide Jesús mismo: “Permanezcan en mi amor”.