Octubre



20 de octubre

Hambre y sed de amar a Dios

Jesús en el discurso de las bienaventuranzas no distingue entre el Cielo y la tierra. Algunas tienen su premio aquí y otras allá. La de hambre y sed de justicia solo se saciará en el Cielo: aquí siempre puede aumentar. Una manera de medir esa hambre y esa sed es nuestro deseo de la Eucaristía.



21 de octubre

Un pequeño jarrón

San Efrén el Sirio dice que nuestro corazón es como un pequeño jarrón que, si está lleno, no puede caber nada más. Y si está vacío puede caber cualquier cosa. Nuestro corazón es deficiente y miserable, pero ¿qué será el de Jesús? Las Letanías al Sagrado Corazón nos dan pistas seguras, aunque al final todo se resuma en el horno ardiente de amor, en el que hemos de intentar incursionar.



22 de octubre

Te conviene orar siempre

Así lo dijo Jesús: que nos conviene mantenernos en oración constante (cf. Lc 17, 1). ¿Por qué nos conviene? Porque Dios está atento a nuestra voz, inclinando su oído. Y porque, si no vivimos en relación, empezamos a declinar, ya que somos seres hechos para el amor. Entre los recursos para mantenernos orando están las señales que el Creador nos manda con la naturaleza, así como la invitación a cantar.