Amor a Ntra. Señora



24 de septiembre

Nuestra Señora de la Merced

Celebramos hoy esta advocación mariana que, como todas, nos hace presente algún matiz del amor de María. ¿Cuál es el de hoy? El de liberarnos de nuestras cadenas, para obtenernos la libertad de los hijos de Dios. Y así cumplimos la profecía “Me llamarán bienaventuradas todas las generaciones”. Hagámoslo cada vez que veamos un coche Mercedes.



Mira a María

Dios me ha mirado. María es consciente de que Él, mirándola, la ha llenado de su gracia. Y Ella le corresponde mirándolo siempre. Aprendamos de María a mirar, con mirada envolvente, empapada de amor, los misterios de Cristo y a guardar sus palabras. Entonces todo en nuestra vida, como en la de Ella, será un continuo ¡sí! a cualquier designio de Dios.



Mirar y amar a María

La presencia continua de las fiestas y las solemnidades marianas, así como las apariciones de Ella a lo largo de los siglos, nos recuerdan que Ella nos protege y acompaña siempre. El amor que debemos a María, al margen de cualquier otra consideración válida, es un amor de correspondencia. Oración de san Bernardo a la Estrella del mar.