Orar es oír



Él nos lo dirá

El salmo n. 1 dice: Dichoso el hombre que medita de día y de noche la voz del Señor. Será como árbol plantado junto a la corriente de agua, que da fruto a su tiempo y jamás declina su follaje. Maravillosa promesa. Apreciar el inmenso don de su Palabra. Dios podrá decirnos entonces cómo resolver las situaciones de acuerdo a su voluntad. Pero hace falta llegar al corazón: “Tienes un hablar que se escucha solo con el alma” (Machado).



Oír la voz de Dios

5ª Sem de Cuaresma. Discusiones de Jesús con los judíos. Ellos, aunque no todos, se cerraron a la voz de Dios. Mantenernos fieles a Su Palabra, para adquirir la verdadera libertad. “La verdad nos hace libres”. Oír la voz de la verdad.



Para oír a Dios

Valorar los salmos como palabra de Dios que se convierte en oración del hombre. El salmo 80 es especial, porque Dios mismo es quien habla: pide ser escuchado. Y que, si lo hacemos, nos irá muy bien. ¿Cómo escuchar a Dios? Preparándonos: primero, callándome. Luego, dejando de hacer lo que estoy haciendo (lo que ocupa mi mente). Tercero, no tener prisa.