Cruz



La Cruz de Jesús es mi cruz

Mc 8, 35: “Jesús llamó a la multitud y a sus discípulos y dijo: ‘el que quiera venir conmigo, que cargue con su cruz y que me siga’”. Los oyentes de Jesús sabían más claramente que nosotros lo que la cruz significaba: el instrumento donde, de manera atroz, se entregaba la vida. Por eso Jesús continúa: “Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que la pierda por Mí y por el Evangelio, la salvará”. Se trata de un llamamiento a la donación sin reservas: nuestra vida en su totalidad está comprometida..



Al revés del mundo

Si Cristo nos revela lo que es el hombre, lo hace también con su vida orientada a la Cruz. El mensaje es contrario al del mundo, que invita a rechazar la cruz: se trata de entenderla como un gran bien, amarla e incluso desearla. El mayor amor es el mayor dolor.




Desde el principio, la lección de la Cruz

El camino para ir al cielo es “el que sube”. La renuncia al yo es fuente de alegría, pues el amor y el dolor son inseparables: descubrir cada invitación de Dios a unirnos a la Cruz.