Cruz


Teoría y práctica de la Cruz

Si meditamos la Pasión de Cristo, si contemplamos con devoción los misterios dolorosos, si rezamos el Via Crucis, si tenemos devoción a los crucifijos… estaremos mejor preparados para cuando Dios nos envíe una pena de mayor calado. Comprenderemos, de acuerdo a la doctrina paulina, que nuestra verdad de hijos y herederos con Cristo se dará… con tal que padezcamos juntamente con Él.



Penitencia es purificación

Al rezar el primer misterio luminoso, fijarnos en la figura del Bautista. Nos enseña que para ser precursor de Cristo hemos de llevar una vida de austeridad, de silencio, de oración. Es un gran santo, pero “el menor en el Reino de los Cielos es menor que él”. Y es que, para entrar al Cielo, hemos de estar perfectamente purificados. Se nos olvida con frecuencia el gran valor de la penitencia. Volvamos a pensar en ella, para purificarnos y ayudar a las ánimas a terminar su purificación.



Pruebas para acordarte de Dios

Durante el éxodo de Egipto a la tierra prometida, Dios somete a Israel a pruebas y le da luego respuestas maravillosas: el agua en el desierto, el maná… ¿Por qué las pruebas? Para probar su fidelidad a Dios. Ahora también Dios nos manda pruebas, como las pandemias, para que no nos olvidemos de Él. Respondamos con la fuerza de la fe, la certeza de la esperanza y el fervor de la caridad.