Esperanza



Siembra y mantén la esperanza

Parábola del grano de mostaza (Mt 13, 31-33). Una pequeña semilla se convierte en árbol. Sembrada la semilla de la gracia, Dios hará una obra inimaginable: cualquier sueño, ante ella, se queda corto. Nos concede la virtud de la esperanza, que nos es absolutamente necesaria para llegar al final. En el libro del Apocalipsis se nos revela el fin de la historia, para que confiemos.



Vive de su Palabra

La confianza en alcanzar la dicha eterna se fundamenta en las promesas de Jesús, especialmente en su diálogo con el Padre que recoge san Juan en el capítulo 17. Él quiere que estemos para siempre a su lado. Él ruega por nosotros. Sus palabras invitan a que tengamos un corazón anhelante. Nuestra esperanza está antecedida por la esperanza de Dios.




Optimismo cristiano

La hermana pequeña camina entre las grandes. Parece que son las grandes las que la conducen, pero no. Es la pequeña, la esperanza, la que lleva adelante a la fe y la caridad. Cuando vemos posibles nuestros mayores deseos, entonces podremos llevarlos a cabo. Y nos inundan la paz y la alegría. Dios nos da a la medida de nuestros deseos.