Esperanza



Dios te hizo para la felicidad

La esperanza es una virtud para practicar ahí donde existe la debilidad, la miseria, ahí donde todo es efímero. Y tiene unas hermanas que la acompañan siempre: el optimismo, la alegría. Dios nos hizo para ser felices y la clave está en abandonarse al amor de Jesucristo.



Espíritu deportivo y esperanza

San Pablo compara la vida cristiana con las competiciones deportivas. El carácter lúdico, la alegría del esfuerzo, resultan adecuadas comparaciones. En la carrera hacia la eternidad, sin embargo, lo que cuenta es esa sustancia energética imprescindible: la gracia de Dios, y no la capacidad personal. Pensar que Dios es magnánimo y quiere darnos gracias como a los santos más santos.



Esperanza viva

“No tengáis miedo, pequeño rebaño, porque ha sido del agrado del Padre daros el Reino”. Frase de Jesús, que a pesar de lo enfático, no acabamos de creer. Quizá porque nadie en el mundo puede asegurarnos algo de modo absoluto. Darle a Dios el obsequio de nuestra confianza, sin perder de vista que nos dirigimos al Cielo.