Esperanza



El mal del desaliento

“En su nombre pondrán las naciones su esperanza”, dice del Mesías el oráculo del profeta Isaías. Y seguimos nosotros tratando de no perder ese punto de apoyo fundamental, porque el desaliento y la inquietud frenan dolorosamente el avance en el amor. Detectar el punto de desesperanza, para potenciarlo con la seguridad del amor infinito de Dios.



Vocación de futuro

Abraham cambió el presente por el futuro, la seguridad por lo incierto. Se fio de Dios, apoyándose en la promesa. Abraham enseña que Dios es el autor del futuro del hombre. Vivamos también nosotros del futuro, como los Patriarcas, sin Patria y sin casa terrena, porque tenemos puesta la esperanza en la promesa de felicidad del Amor infinito.



Esperanza alegre

Que siempre encuentre Dios en nuestras almas una actitud agradecida: será no sólo un acto de justicia, sino un recurso maravilloso para que siga dándonos la abundancia de sus dones. Esperamos esa continua asistencia, y debemos por tanto corregir actitudes pesimistas. Ser optimista es atender a lo óptimo, pues Dios supera siempre nuestras expectativas.