Adviento



Adviento: color morado.

En Adviento se emplea el color morado en las celebraciones. Ese color surge de la combinación del rojo y el azul oscuro o negro. Habla de fuego de purificación, que sin duda resultará doloroso. San Juan de la Cruz presenta la necesidad de emplear la doble purificación del espíritu y del sentido, tanto en su aspecto activo (lo que podemos hacer nosotros) como en el pasivo (lo que hace Dios). De secundar su acción, seremos encendidos por el fuego del Espíritu.



Aquel que vendrá

En el III domingo de Adviento la liturgia nos invita a alegrarnos: Gaudete in Domino semper, íterum dico gaudete. La razón: el Señor está cerca. Es más íntimo a mí que yo mismo: es más yo que yo. Juan Bautista manda preguntar a Jesús: ¿Eres tú el que ha de venir o hemos de esperar a otro? Paráfrasis: ¿Es a Jesús a quien espero yo, o estoy confundido y espero algo distinto?



Alegría en el Adviento

La liturgia del tercer domingo de Adviento es una vibrante invitación a la alegría: “Alégrense siempre en el Señor”. Al margen de lo que ocurra, la invitación es permanente, porque la razón de la alegría es Jesús. Purificar el corazón, para educar el deseo del Señor.