Septiembre



8 de septiembre

Tres eternidades para la Misa

El misterio de los misterios es la Misa. San Juan Eudes decía que, para nuestra participación en la Misa, necesitaríamos tres eternidades: una para prepararnos, otra para celebrarla y otra para dar gracias. Busquemos encontrar en cada Misa matices nuevos pues nunca agotaremos la profundidad de ese misterio: el cielo entero está pendiente, con nosotros, de la Víctima adorable.



9 de septiembre

Amor pacato

“Huye del triste amor, amor pacato…”. Esta poesía de Antonio Machado puede darnos tema para nuestra oración. Porque el amor triste, el amor pacato, es el amor que se queda a medias, que no llega a la totalidad. Es triste que eso suceda en el amor humano, y más triste en el divino. Es la tibieza, que trae consigo infelicidad. Nos precavemos de ella con la contemplación y la oración de escucha.



10 de septiembre

Puedes llamarlo Abbá

Al Ser infinito y omnipotente, Señor de Cielos y Tierra, ante el que los ángeles han de cubrirse por no poder contemplar el esplendor de su rostro, me es dado llamarlo Abbá, papá. Así lo aprendimos de Jesús, especialmente en su oración de Getsemaní. Para encontrar el camino del Reino hay que dejarse empapar de esta confianza de niño que se halla en el fondo de la palabra Abbá.