Apostolado

 

Anuncia al Salvador

En la memoria litúrgica de san Joaquín y santa Ana agradecemos que Dios haya querido ser uno de nuestra estirpe, en la cadena de las generaciones humanas. La salvación no viene de una idea o de una moral, sino de una Persona que debemos hacer presente. Anunciarla es el auténtico Evangelio y la obligación de todo cristiano.



Celo por las almas

“El Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió de madrugada a contratar trabajadores para su viña”. La viña es muy amada por el propietario: son las almas, precio de su Sangre. Valorar la invitación: es un honor trabajar en su viña, y debemos hacerlo con celo. La primera condición es el hambre de tratar al Maestro.



El apostolado es gozo

Somos trabajadores invitados por el Dueño de la viña a trabajar en ella. Eso supone un gozo y una responsabilidad. Implica el llenarnos de Aquel que comunicamos, sabiendo que es Él quien mueve las almas y las llama a Sí. Anunciarlo persona a persona, con la conciencia de lo que vale cada alma.