Libera del Leviatán
San Pedro postrado a los pies de Jesús recibe el encargo de pescar hombres. Al revés de los peces, los hombres viven cuando se los libera del monstruo del mar, del Leviatán (Isaías 27, 1). Cualquier desgaste o sacrificio vale la pena con tal de salvar un alma. Y más ahora… que el demonio se está llevando a muchas. Sintonizar con el Corazón de Cristo, que tiene sed de almas.
Impide boquetes en tu casa
Si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, no permitiría que le hicieran un boquete en su casa. El ladrón ha hecho muchos boquetes… nuestra tarea apostólica nos lleva a estar vigilantes, para impedir que siga dañando a las almas. Opus Dei, opus apostolicum. Encender nuestro afán de salvar almas, pasando por encima de las dificultades.