Perfume y fuego en la Eucaristía
Jesús gusta comparar el Reino de Dios con un banquete. Un pasaje de san Lucas nos refiere el dolor de su corazón porque los hombres desprecian su invitación al banquete. Queremos ser de aquellos que asisten, con corazón bien dispuesto, a ese manar con el Alimento de vida eterna, la Eucaristía.